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Entrevista a Alejandro G. Calvo: “Para entender el cine tienes que vivir la vida”

  • Miguel Galindo Vázquez
  • 21 nov 2021
  • 13 Min. de lectura

Actualizado: 3 dic 2021

Miguel Galindo Vázquez, en colaboración con Arterna21


Alejandro G. Calvo, en las oficinas de Webedia.


Alejandro G. Calvo se ha convertido en uno de los rostros más conocidos de la crítica cinematográfica española. En 2008 fundó la web de SensaCine, de la cual es director, y que actualmente es la web sobre cine y series con más audiencia de España. El crítico nos recibe en las oficinas de Webedia (empresa madre de SensaCine) con una taza de café de promoción de la nueva plataforma de streaming HBO MAX. Nos admite que ha descansado poco: “No he dormido nada, perdonad si digo tonterías”, dice al poco de presentarnos. Además de su trabajo en la web, también dirige el canal de YouTube de SensaCine, donde habla de las nuevas películas que se encuentran en cartelera y también saca tiempo para centrarse en algunas más antiguas. Está expectante de anunciar un nuevo programa titulado Tarde de Perros, en el que analiza una película de culto acompañado de otros expertos del cine. Todo su día está relacionado con el séptimo arte. En esta pausa en la que hemos tenido el placer de charlar con él hablaremos sobre su trabajo y cómo éste se relaciona con el cine y, en definitiva, con la vida.



Entrevistador: Para empezar, le veo muy apurado, ¿Cuál es su agenda de trabajo para el día de hoy: preparar algún vídeo nuevo, alguna crónica, contenido para la web, etcétera… ?


Alejandro G. Calvo: Esto no lo suelo transmitir nunca muy bien, pero los vídeos los hago en mi tiempo libre (risas). Aún así, hay vídeos como las entrevistas en platós y los que están en la dinámica de trabajo normal que sí que hago para el trabajo. Por lo general, no dispongo de mucho tiempo libre. Soy el responsable de dos webs de cine (SensaCine y Espinof, ambas de Webedia) y tengo que estar pendiente de ellas, aunque no me suelo meter nunca en nada de lo que hacen porque cada una tiene un director editorial. Tengo que hacer muchísima gestión y muchísima reunión, ese es el 80% de mi tiempo en el trabajo, aunque a mí lo que me gusta de verdad son los vídeos. Estoy intentando poder gestionarlo de alguna forma. Me gustaría quitar mi nivel de responsabilidad en las webs y dedicarme exclusivamente a los vídeos. No lo he conseguido aún, porque es una cuestión de empresa. A ellos les interesa más que esté manejando webs en vez de hacer vídeos, ya que generan más dinero. Si yo pudiera, me dedicaría exclusivamente a hacer vídeos.


E: En la web de SensaCine tenéis un convenio con Disney Plus y Amazon Prime Video, ¿cómo han surgido estos acuerdos comerciales con estas grandes empresas?


A.G.C: SensaCine es un portal gigantesco, el que más audiencia tiene en España sobre cine. Al tener tantas visitas se llegan a acuerdos con esas empresas.


E: Aparte de esa zona más comercial, también tenéis una “zona indie” donde habláis de películas más alejadas de las grandes productoras. ¿Cómo surgió ese proyecto?


A.G.C: En la zona indie teníamos al mando a Paula, que se marchó este año. Era un espacio para que las películas independientes tuvieran presencia en SensaCine de forma más activa. Al final, el equipo editorial hace lo que puede y cuando está comido por el SEO (posicionamiento en buscadores web), el Branded Content (contenido patrocinado por empresas) y las entrevistas diarias, no llega a todo. Las noticias del día suelen ser todas de Marvel o un tipo de cine por el estilo, por poner un ejemplo. Las películas independientes se quedaban sin espacio en la web y por eso escogí a Paula, para que dinamizara la sección e hiciera entrevistas. Aunque tiene muy poca audiencia, yo en su momento creía que era muy importante para la web y por eso existe.



E: Ha dicho que ya no escribe noticias en la web (solo crónicas de festivales y alguna crítica). ¿Cómo ha sido su evolución como fundador y director hasta el puesto que ocupa ahora?


A.G.C: La web se montó hace 13 años. Es un proyecto de una empresa francesa que se llama AlloCiné. En ese momento, la empresa quería expandirse internacionalmente y crear su modelo de web en otros países. Cuando vinieron a España tuve la suerte de que me llamaron a mí, que era un crítico freelance que escribía desde los 17 años, pero tampoco era nadie.




E: ¿Cómo fue para usted el cambio de escribir críticas a modo de freelance a tener que adaptarse a un modelo de empresa periodística?


A.G.C: Fue bien, me hicieron firmar el primer contrato de mi vida. Pensé que estaba vendiendo mi alma al diablo (risas). Lo tenía muy claro: Esto es una web mainstream y lo que queremos es mucha audiencia y calidad. Su política era que las críticas de las películas molestaban a los anunciantes, pero yo no accedí a eso. Yo soy crítico. Tuvieron que desarrollar toda la parte de crítica porque se me metió a mi en la cabeza. Cuando me puse al frente del proyecto pasé a ser periodista, cosa que nunca había sido, yo soy crítico de cine. De periodismo no sabía nada, aunque siempre me había gustado entrevistar. Las entrevistas han cambiado muchísimo en estos años. Cuando empecé, tenía hasta media hora con los directores. Ahora, como mucho cinco minutos. Y con la pandemia ha empeorado, porque han seguido siendo cinco minutos, pero por zoom. Hay gente que dice: “Es que hay que ser muy bueno para sacar algo de ahí”. Yo creo que no hace falta ser muy bueno, simplemente hay que tener suerte. Que por lo que sea el entrevistado sea muy generoso y te quiera contar cosas. Por lo general, ellos llevan tres horas dando entrevistas y contestando lo mismo a todos. Yo tengo la suerte de que hace cuatro años montamos un plató y empecé a pedir que me los trajeran. A partir de ahí cambió la cosa. Puedo tener a grandes directores o actores en mis entrevistas durante mucho tiempo. A Pedro Almodóvar, por ejemplo, lo tuve tres cuartos de hora. Ya no solo son entrevistas de promoción, son más amplias. En entrevistas de promoción, muchas veces te dicen que sólo puedes preguntar sobre la película y tú vas con ganas de hablar de cine. Da rabia. Son cosas de la distribuidora del filme. Cuando los traigo al plató puedo preguntar lo que quiera. Además soy muy respetuoso y no pregunto nunca temas personales. Se sienten muy cómodos aquí y por eso siguen viniendo, independientemente de la audiencia de la entrevista.



E: De todas las estrellas que ha podido entrevistar, ¿Cuál ha sido la que más amable ha sido a la hora de dar la entrevista?


A.G.C: Las estrellas de cine saben que a la hora de dar una entrevista, sobre todo si son actores, deben ofrecer su mejor cara. Es un pacto que tú aceptas encantado. Aceptas que te esté mintiendo. Si alguien es muy majo no es porque le caigas bien, porque acabas de conocerle y a los cinco minutos entrará otro, pero yo acepto esa amabilidad. Cuando vino Will Smith, entré en una habitación de hotel donde estaba montado el set y él vino a la puerta de la habitación y me abrazó. Yo sabía que lo estaba haciendo con todos los que le iban a entrevistar, sabía que era falso. Pero, ¿y lo bien que me sentí después? Te sientas y estás a tope para la entrevista. Tarantino también ha sido muy generoso las dos veces que le he entrevistado. Es un tío que en cinco minutos le puedes sacar muchas cosas. Estos eventos de entrevistas suelen ser internacionales y meten siempre a todos los periodistas de medios generalistas. Muchas veces las entrevistas previas que les hacen no tratan sobre cine, y eso les aburre. Entonces entré yo y le pregunté sobre sus spaghetti western favoritos, las películas bélicas que más le gustan, por cómo escribe sus películas… Él mismo pidió alargar la entrevista, lo cual no suele pasar con frecuencia.


E: ¿Cuál ha sido su peor entrevista a un famoso?


A.G.C: La peor fue con el actor Clive Owen cuando vino a promocionar una película de espías con Julia Roberts. El día anterior, su equipo de fútbol, no me acuerdo cuál era, había ganado la liga inglesa y bueno, lo debió “celebrar” bastante bien. Vino con muy mala cara. No es que me contestara mal, pero es que no me dio respuestas. Fue una entrevista que no pudo salir. Al director de la película Chappie (2015), Neill Blomkamp, le he entrevistado por tres películas distintas y en las tres se ha enfadado. Es el único que se ha enfadado tantas veces. Me acuerdo en la entrevista sobre Chappie, que fue en Berlín y acababa de estar con Hugh Jackman, que a Blomkamp le dije que el robot que había diseñado para la película era una mezcla del robot malo de RoboCop (1987, Paul Verhoeven) con el carácter simpático del de Cortocircuito (1986, John Badham). Se enfadó muchísimo, no entendía porque me había recordado su robot al de Cortocircuito.


Neill Blomkamp, en una entrevista para SensaCine.


E: Ha estado en la última edición de los festivales de San Sebastián, Cannes, Sitges, etcétera… ¿Cómo ha visto la salud del cine actual en estos festivales después de la pandemia?


A.G.C: Yo al cine lo veo fenomenal. La calidad de las películas de este año en los festivales ha sido espectacular, las he disfrutado muchísimo. He visto grandes películas. Lo que pasa es que la gente no está yendo a verlas a las salas. Hace años ya que la Palma de Oro de Cannes no hace mucha taquilla. Cuando era joven y se estrenaba la Palma de Oro, los viernes en los cines no había entradas. Han cambiado los hábitos de consumo de la gente. Titane (Julia Ducournau,2021), por ejemplo, es una película muy llamativa para la gente joven que quiera ver algo loco y distinto. Tendrían que ir todos a verla, pero no lo hacen. No se si la gente espera a que esté en la plataforma, pero las salas no están funcionando.




E: ¿Cuál es la relación que encuentra entre las plataformas y que la gente no vaya tanto al cine?


A.G.C: Es cierto que ha habido una pandemia que ha empeorado las cosas, pero los datos de asistencia a las salas antes de ella tampoco eran buenos. Hay muchísima oferta, nunca ha habido en la historia tal nivel de producción de imágenes y nunca hemos consumido tanto producto audiovisual. La oferta nos desborda. Yo, que me dedico a esto en exclusividad, no llego a todo. No me quiero imaginar una persona normal. Si tienes oferta en casa para ver, a no ser que seas muy cinéfilo, es complicado ir al cine. Además, la gente tiene muy asociado ir al cine a ver películas espectaculares y de acción, cuando todas las películas son espectaculares en el cine. No soy pesimista al respecto, creo que los cines van a aguantar, porque la gente a la que le gusta el cine siempre va a querer ir a ver películas a la sala.


E: ¿Cómo espera que mejore la situación?


A.G.C: Mientras haya buenas películas que ver, habrá gente con ganas de verlas. Hay que esperar a que pasen unos meses, que pase todo esto, que la pandemia este muerta y que los que nos dedicamos a hablar sobre películas sepamos motivar a la gente para ir al cine a verlas. Antes de las plataformas, el problema del cine era la piratería. Llevan matando al cine desde que el cine se inventó. Lo más agresivo que le ha pasado al cine fue el invento de la televisión en los años cuarenta y cincuenta en Estados Unidos. Ahí se empezó con el 3D, los Cineramas… Esa era la gran amenaza, pero la gente siguió yendo al cine.


E: ¿Cree que con la sección del canal de YouTube de SensaCine de “Cine a quemarropa” se cumple esa función de motivar al público para que se anime a ir al cine?


A.G.C: Los “A quemarropa” en concreto me los voy encontrando. En Cannes, viendo la última película del cineasta tailandés Apichatpong, Memoria (2021,Apichatpong Weerasethakul), me pasó. Es una película tediosa, lenta, con planos larguísimos y muy radical. Viéndola pensé: ¿ cómo comunico yo a toda la gente joven que me sigue que esto es importante en el mundo de Tik Tok e Instagram? La gente está acostumbrada a vídeos de 10 o 20 segundos. ¿Cómo le digo yo a los jóvenes que tienen que irse al cine a ver casi dos horas de película con planos larguísimos y silenciosos donde no pasa nada? Cuando empiezo la realización de estos vídeos, tardo semanas en entender cómo lo voy a hacer. Nunca sé cómo van a acabar. Cuando los acabo, lo que me gusta es ver cómo la gente empieza a profundizar en su experiencia cinéfila con las películas. Hay veces que otros amigos críticos me felicitan por colar una referencia del cine de Bresson en una crítica de una película de Marvel. Esa manera de entender el cine como una herencia para mi es importante, porque todos los jóvenes que quieren dedicarse a la crítica deben saber que el cine es un arte que tiene más de 120 años de historia. No se puede entender del todo a Almodóvar sin Fassbinder o Douglas Sirk. Si conoces toda esa tradición del melodrama cinematográfico, entenderás mejor a Almodóvar. Con veinte años a mí me gustaba el cine, pero no sabía cómo empezar. Veía las películas y leía los textos, pero no entendía nada. Me gusta ser capaz de coger cosas difíciles e intentar hacerlas un poco más fáciles, sin perder la base teórica.





E: Hablando del cine como herencia, muchas veces usted ha dicho que el Western es el género más puramente cinematográfico. ¿Cuál es la influencia que ve de las películas western en el resto de géneros cinematográficos?


A.G.C: Cuando digo que el western es el género cinematográfico más puro es porque los otros géneros ya existían en literatura, teatro, ópera… y el western no. El western también existía en literatura, pero es un género que se desarrolla a la vez que está pasando. Se empiezan a hacer westerns cuando la Conquista del Oeste estaba acabando. El western se construye como género dentro del cine, y eso no pasa con ningún otro. Es un género que puede coger influencias de muchos otros y hacerlas suyas. Por eso, hoy en día podemos ver una película de atracos buena y decimos que parece un western. Un drama con un duelo al final también tiene un punto western. Es una masa madre de la que pueden crecer muchas historias. Es un modelo de película donde el espacio que se recorre es básico y los conflictos que se representan son sencillos. Esa sencillez tiene un lenguaje que se toma su tiempo para explicarse y los personajes suelen ser muy puros. El drama es muy claro y la resolución también. El mundo del Western se creó y agonizó muy pronto, pero durante tres décadas nos dio algunas de las mejores películas de la historia. Ya no se hacen westerns, tienen algo de género extinto. Centauros del desierto (1956, John Ford) o El hombre que mató a Liberty Valance (1962, John Ford) son ejemplos de películas que no envejecen nunca. Es un género que ha influenciado mucho, incluso a los directores más radicales. Directores como John Ford, Anthony Mann, Raoul Walsh… Lo que me daba rabia del western antes de hacer el vídeo es que al hablar con la gente de él, tenía mala imagen. Quise entonces hacer un “A quemarropa” para defenderlo.


Fotograma de la película El hombre que mató a Liberty Valance (1962, John Ford)


E: ¿Nos puede recomendar tres libros sobre cine que le hayan ayudado a ampliar sus conocimientos sobre el séptimo arte?


A.G.C: Buf, dios mío (risas), leo muchísimo. Hay momentos en los que pienso que he leído todo sobre cine y me canso, y me apetece leer otro tipo de literatura . Con los vídeos de “A quemarropa” volví a los libros de cine. Me encontré con el libro de “Historia del cine” de Mark Cousins, que me encantó junto a la serie. Si no llego a leer ese libro igual no hago nunca un “A quemarropa”. Me tocó la fibra del crítico.


E: ¿Cuál es esa fibra del crítico?


A.G.C: La que te empuja a hablar y a escribir sobre las películas. De todo lo que veo, escribo y hago vídeos. La fibra es lo que te empuja a ver algo y hablar de ello, aunque no todas las películas te la tocan (risas). Este año, al volver de mis vacaciones, vi que a todo el mundo le había parecido muy mala la última película de M. Night Shyamalan, Tiempo (2021). Fui a verla y me encantó. Desde ese momento, tuve muchas ganas de defender la película a muerte.




E: Si tuviera que quedarse con una época de cine de un país europeo, ¿con cuál sería?


A.G.C: Ahora, aquí mismo, este año. Ahora hay películas buenísimas. A mi me gusta mucho el cine clásico y siempre lo estoy reivindicando, pero en la actualidad se hacen películas muy buenas también. Este año tenemos Drive my car de Hamaguchi, tenemos Titane, tenemos una película de Verhoeven, de Apitchatpong, de Paul Schrader…


E: ¿Cree que el cine realmente ha evolucionado, a pesar del pensamiento generalizado en crítica y público de que es “peor”?


A.G.C: El cine sigue dando obras maestras. Soy muy reivindicativo de centrarme en el ahora. Cuando hice el vídeo sobre las Palmas de Oro, recordé la programación de Cannes de 1963 y era impresionante. Eso se ve desde la distancia. Hay que saber valorar también esta edición del Festival de Cannes, de Venecia… Hemos tenido películas increíbles. Dentro de 30 o 40 años habrá alguien que diga que la edición de Cannes de 2021 fue increíble. Trato de no entender el cine desde la nostalgia, porque es traicionera. No entiendo el cine como algo bonito que ha formado parte de mi vida. El cine es relevante y está de actualidad siempre.


E: ¿Qué es lo que más disfrutas hacer a parte del cine?


A.G.C: Estar con mis hijos y mi mujer, sin duda, es lo que más disfruto de mi vida. Ahora como son un poco más mayores, puedo ver películas con ellos, como El bosque (M. Night Shayalaman,2004), aunque mi hijo pequeño no entendió nada. Son lo más importante de mi vida y lo que más feliz me hace, luego ya viene el cine (risas). Después, es difícil de decir, siempre estoy trabajando. No tengo un trabajo normal, no tengo una jornada. Siempre estoy en ello, es mi vida. Mi vida es ver películas, leer, escuchar música… Para mi todo lo acompaña. Tengo una vida cultural rica con la que disfruto mucho. Es lo que soy, pero no lo disfrutaría si no pudiera disfrutar del resto de mi vida, que es estar con mis amigos o mi familia. Orson Welles era un gran cinéfilo, pero también se pillaba unas borracheras tremendas y le gustaba comer. En definitiva, le gustaba vivir. Te tiene que gustar vivir, y así disfrutarás mucho más del cine. Para entender el cine tienes que vivir la vida. Es lógico. Y la vida es triste, es dura y te da unas desgracias tremendas. Y eso lo acompañas con el cine. Yo entiendo que muchas veces, frente a la problemática de la vida, nos agarramos al cine porque nos ofrece una evasión. Somos insumisos de la vida, y nos agarramos al cine. Cuando estás en un festival y ves cinco películas al día no estás viviendo tu vida, estás viviendo otras cosas.



Nuevo programa del canal de YouTube de SensaCine, llamado Tarde de Perros.


En Café & Micro hemos conversado también con otro importante crítico cinematográfico, Javier Zurro, cuya entrevista puedes encontrar aquí.


 
 
 

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